El encino siempre verde, un árbol majestuoso e imponente, reconocido principalmente por su madera, y que sin duda lucirá muy bien donde desees plantarlo. Acompáñanos y te mostraremos lo más relevante sobre el encino siempre verde, características y cuidados necesarios para su cultivo.

Características del encino siempre verde

Su nombre científico es Quercus virginiana, pero se conoce comúnmente como encino, Roble de Virginia, Roble vivo, Roble americano. Es un árbol grande de hojas perennes con un follaje frondoso que tiende a formar una copa redondeada de gran tamaño y muy bonita. El encino siempre verde es un árbol que puede alcanzar alturas de 12 a 24 metros y su copa puede medir de 18 a 30 metros de ancho, creando una buena sombra.

El follaje es bastante denso con una tonalidad verde oscuro que va variando en tonalidades amarilla, naranja y rojo en el otoño, este está compuesto por hojas con bordes lisos o espinosos con la parte superior oscura y una tonalidad pálida en la parte inferior, además, de una textura peluda. La corteza del encino siempre verde es bastante particular, tiene surcos grandes de un tono marrón rojizo y a su vez se cubre de pequeñas escamas. Al madurar el árbol la corteza se torna de tono negruzco y se vuelve más gruesa.

El encino siempre verde empieza a florecer en la primavera, tiene flores masculinas y femeninas, las primeras se presentan en una forma cilíndrica, mientras que las segundas tienen una forma de espiga. Luego de la floración aparece el fruto del encino siempre verde, que se trata de una pequeña bellota muy vistosa de forma oval y que garantiza un alto valor nutritivo para aves y pequeños mamíferos.

Las bellotas contienen las semillas del encino siempre verde. Se trata de nueces secas de 4 cm de largo que no se abren hasta madurarse, y se encuentran parcialmente cubiertas por una cúpula o una copa rugosa y leñosa cubierta de escamas romboidales. Estas varían de tonalidad verde claro a pardo a medida que maduran.

Cuidados del encino siempre verde

encino siempre verde

Al igual que todas las especies vegetales, si quieres sembrar un encino siempre verde en tu jardín o quieres incluirlo en uno de tus proyectos de jardinería, debes conocer los mínimos cuidados que debes dar a este llamativo árbol.

Requerimientos de sol y suelo

En general, el encino siempre verde es un árbol fácil de cultivar, soporta ser sembrado en espacios abiertos a pleno sol, pero también soporta las sombras parciales donde pueda recibir mínimo 4 a 6 horas de luz solar.

Es un árbol bastante resistente capaz de adaptarse a diferentes tipos de suelos, ácidos, alcalinos, arcillosos, húmedos, arenosos, estos pueden ser secos o húmedos, pero prefiere suelos alcalinos o ligeramente ácidos, moderadamente fértiles, con buen drenaje y profundos. Los suelos profundos le permiten al sistema radicular extenderse, si el encino siempre verde es sembrado en un suelo de poca profundidad y compacto, su crecimiento será más lento y en algunos casos el follaje se puede ver afectado.

Riego

Recién plantado el encino siempre verde debe recibir un riego regular durante todo el ciclo vegetativo, esto permite el crecimiento adecuado de las raíces. Un árbol ya maduro no requiere riego constante. Además, es capaz de soportar leves inundaciones, si el agua tiene movimiento y el drenaje es bueno.

El riego debe hacerse alejado del tronco, así las raíces crecerán buscando el agua y garantizarán la estabilidad de este gran árbol.

Fertilización

Las raíces del encino siempre verde son profundas y amplias, lo que permite que el árbol absorba los nutrientes necesarios de los suelos profundos y con buen drenaje. Eso sí, antes de sembrar, es necesario realizar una sola fertilización que dará una buena acogida a la planta.

Poda

Los árboles jóvenes se podan al terminar el invierno, desde el mes de enero hasta inicios del mes de marzo. Lo ideal es solo cortar ramas secas, deterioradas o partidas por los vientos, así como las ramas que puedan parecer enfermas. De igual forma deben cortarse las ramas que se entrecruzan. Luego del tercer año de vida del árbol, la poda puede ser un poco más drástica para dar armonía al diseño de la copa, cortando las ramas de la principal para que se desarrolle el ancho y alto del árbol.

Plagas y enfermedades

Las larvas de la procesionaria del roble, Thaumetopoea procesión, es una de las plagas que más afecta al encino. La polilla adulta, visible durante el verano, pone los huevos en ramas y follajes del árbol y al eclosionar las larvas voraces producen la caída de la parte afectada.

El devides de roble es otro de los insectos que puede afectar el encino siempre verde. Se trata de un insecto que pone huevos en las hojas, provocando la formación de vistosas inflamaciones o hinchazones.

La enfermedad blanca u oídio es quizás la enfermedad fúngica que más afecta a esta especie. Cubre el follaje con densos depósitos blanquecinos, lo asfixia y muere por la detención de la fotosíntesis.

Esperamos que la información presentada te resulte de utilidad para decidirte a cultivar una de estas majestuosas especies vegetales y, si te preguntas cuánto tarda en crecer un encino siempre verde, podemos decir que son un árbol de rápido crecimiento en su juventud, siempre y cuando reciba los cuidados necesarios, destacando un espacio con suelos profundos. Si quieres conocer un poco sobre otras especies o te interesa saber donde puedes comprar un encino siempre verde, te invitamos a visitar Mundo Verde tu vivero en México.